Calçotada
Aparecen en los meses más fríos del año, su consumo requiere de gran habilidad y para saborearlos no hace falta recurrir al cuchillo y al tenedor. Así se presentan los calçot o cebolla blanca, una hortaliza que, por esta época, alcanza su máximo protagonismo , . En realidad, no son otra cosa que brotes de una cebolla blanca que se vuelven a plantar y se cubren con tierra para que nazcan alargados y blancos. Por ello, dicen que el origen de su nombre se debe a que se «calzan» con tierra. Si su consumo supone un manjar para el paladar, no lo son menos las propiedades beneficiosas que ejercen sobre la salud,son hortalizas ricas en fibra y ácido fólico. Aportan vitamina C. Además, esta familia de hortalizas, especialmente las de hoja verde, como es el caso del calçot, aporta cantidades significativas de sustancias bioactivas como los flavonoides, entre los que destacan lo betacarotenos y la quercetina, además de compuestos azufrados como la alicina, que podrían tener un papel relevante en la prevención de algunas enfermedades crónicas, aunque cada vez más, se piensa en que la función de los nutrientes y sustancias bioactivas por separado, no ofrecen los resultados que la ingesta del alimento en su conjunto y el entorno de ese consumo, aporta a la salud de las personas,son muy ricos en agua, tienen una concentración importante de vitaminas y minerales y su valor calórico es muy bajo, por lo que están indicados en dietas hipocalórica. Asimismo, se les atribuyen «propiedades diuréticas, antioxidantes, anticancerígenas y previenen las enfermedades cardiovasculares».
Similitudes
El hecho de pertenecer a la misma familia que las cebollas hace pensar que comparten los mismos beneficios nutricionales. Sin embargo como el consumo de calçots se hace en raciones considerablemente superiores a las de la cebolla convencional, el aporte de sustancias nutritivas y de potencial efecto saludable es mayor. si se cocinan a la brasa en sus propios jugos destacan de forma más potente sus propiedades organolépticas como más dulces y menos fuertes de sabor. Al estar cocinadas, resultan más digestivas que en crudo, pero siempre y cuando se consuman de forma moderada». Su preparación, generalmente a la brasa, no requiere de grandes misterios, pero sí que es cierto que para disfrutar de un buen plato de calçot siempre hay que acompañarlos de una salsa, conocida como romesco, para que el sabor alcance su máximo esplendor ,frutos secos como piñones, avellanas, almendras, ajo y tomate escalibado, aceite de oliva y vinagre son los ingredientes que configuran la salsa romesco». A este respecto,las propiedades nutricionales de esta salsa son muy interesantes porque está compuesta por alimentos pertenecientes a la dieta mediterránea.
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